martes, 13 de diciembre de 2011

Dropshipping: Un nuevo modelo de negocio

¿Cuántas veces no has pensado en montar un negocio de venta de productos a través de la Red? ¿Cuántas veces no te has planteado la posibiildad de abrir una tienda de comercio electrónico para la venta de productos vía internet? Y lo que es peor, ¿cuántas veces no has desistido en el intento ante la sola idea de los enormes costes a los que hay que hacer frente para ponerla en marcha? Pues si este es tu caso, ha llegado la solución a tus problemas. Y la solución se llama Dropshipping: un nuevo modelo de negocio.
Muchas veces me he encontrado con amigos y conocidos a los que la idea del comercio electrónico les atrae sobremanera. Es más, ahora en estos tiempos en los que, desgraciadamente, la moda es estar en el paro, aconsejo a muchos de estos amigos a que emprendan una maravillosa locura que es la del comercio electrónico. Y sin embargo, la respuesta de los mismos es siempre en el mismo sentido: los enormes costes que tienen que acometer para poder emprender ese camino en solitario. Y no les falta razón, la verdad. O al menos, hasta ahora.

La verdad es que el panorama del e-commerce hasta hace unos años no invitaba precisamente a sumerjerse en esta aventura, al menos a los no iniciados o con pocos recursos: normalmente, las tiendas de comercio electrónico pertenecían a empresas ya consolidadas en el sector en el que se movían, con tiendas físicas generalmente y con recursos suficientes como para "probar" con eso que tanto sonaba del comercio electrónico. Y cuando hablo de recursos suficientes, me estoy refiriendo a elementos claves hasta entonces como productos en stock, almacén donde guardarlos, una red lo suficientemente consolidada para su distribución...en definitiva, una auténtica logística que motivaba unos costes que, la verdad sea dicha, pocos podían asumir entonces (gastos de mantenimiento de la tienda física, gastos del almacén, del inventario, de la distribución, etc etc etc....).

Pero el comercio electrónico ha cambiado mucho. O mejor, dicho, Internet ha logrado que lo que hasta entonces era poco más que una quimera para aquellos que pretendían iniciarse, a día de hoy sea una realidad muy al alcance de ellos. Más de uno a estas alturas del artículo se preguntará en qué ha evolucionado Internet para ayudar a esos emprendedores de comercio electrónico. Y aunque no se crea, la evolución ha sido bastante notable. A saber. Hace unos años, la situación era la siguiente: yo, fulanito de tal, tenía una recién inaugurada tienda online que complementaba a mi negocio físico de venta de sofás. Que duda cabe que en mi tienda física yo disponía de mi stock de sofás correspondiente para lo cual necesitaba un local donde tener mi exposición. El local me generaba unos costes (luz, agua, alquiler, etc...) además del coste que me suponía tener en mi inventario ese stock de sofás que tenía en la exposición. Bien. A la hora de complementar mi negocio con la vía de la tienda de internet, tuve que hacer un pequeño catálogo de esos sofás para ubicarlos en mi tienda online. Y resulta que al poco tiempo de tenerla online, un cliente me hace un pedido de uno de los sofás. A partir de este momento, el procedimiento requiere unos nuevos gastos, esta vez de distribución al cliente final, además del embalaje y demás. Por último, para reponer mi stock de sofás en la tienda física, nuevamente he de recurrir a mi distribuidor para comprar un nuevo sofá que sustituya al que he vendido.

Más o menos toda esa parrafada anterior era la larga odisea a la que debía enfrentarse aquel emprendedor que quería iniciarse en el comercio electrónico. Sin embargo, la evolución que Internet ha experimentado, y por lo tanto, la evolución que de igual manera ha experimentado la figura del comercio electrónico, ha facilitado sobre manera la labor a aquellos emprendedores interesados en tener un negocio de comercio electrónico, sobre todo en lo que se refiere al apartado costes que deben asumir.

Y todo surgió como digo por la propia evolución del comercio electrónico. Así, una vez que el e-commerce inicial se consolidó, a alguien se le ocurrió una nueva forma de venta y, por lo tanto, de evolución de ese incipiente e-commerce. De tal manera que la iniciativa pasó a manos del distribuidor al que yo, tienda física, le adquiría el producto. ¿Cómo fue esa evolución? Pues como todas los avances, quizás de la manera más a mano que tenían. Pero sigamos con el ejemplo anterior. Imaginemos ahora que nuestro distribuidor, al que le compramos los sofás para tener un stock en nuestra exposición, nos plantea el siguiente acuerdo: quiero participar activamente en esa tienda online que has montado para complementar a tu negocio físico. ¿cómo? Muy sencillo: despreocúpate de tener un stock de productos para tu tienda online. Yo, como distribuidor, me haré cargo de ello, del almacenaje, del stock y de la distribución a tu cliente final. Tú tan sólo preocúpate de incluir en tu tienda mi catálogo de sofás. Una vez que tú cliente te haga un pedido, me lo comunicas y yo haré en tu nombre el envío de dicho pedido. Tú me pagas el sofá como siempre a X euros y tú le cobras al cliente tú ganancia a través de la venta de ese sofá, X + Y euros. Con ello como distribuidor dispongo de un escaparate a través del cual vender mis productos vía tu tienda, y tú dispones de un catálogo, un stock de sofás, sin necesidad de contar con su almacenamiento, mantenimiento, distribución y demás....En definitiva, había nacido el DROPSHIPPING.

El Dropshipping nació con tanta fuerza que fue el aliado perfecto para todos aquellos que pretendían embarcarse en esta maravillosa (y competitiva) aventura del comercio electrónico disminuyendo casi al ínfimo los costes que tradicionalmente ello implicaba. De tal manera que ahora, en lugar de necesitar toda una enorme infraestructura con unos enormes costes asociados para poder hacer frente a nuestra iniciativa, ahora nuestro distribuidor de sofás nos dice ¿quieres abrir una tienda online? No te preocupes. Nosotros te ayudamos: mira, te damos nuestro catálogo, nuestro stock de productos y lo expones en tu tienda. Cuando alguien te haga un pedido, al precio que tú lo quieras vender, nos lo pasas y nosotros se lo suministramos directamente a tu cliente pero como si fueras tú, nosotros no aparecemos por ningún lado. Tú nos compras el sofá al precio que tengamos acordado y la diferencia entre el precio al que nos lo compras y el precio al que tú lo vendes son tus ganancias. ¿Qué te ahorras? Pues te ahorras que, a diferencia de antes, ya no necesitas stock de sofás para tu exposición (virtual), ya no necesitas almacén para dar cobijo a ese stock, ya no necesitas una infraestructura para su distribución, pues lo hacemos nosotros...en fin, sólo necesitas la tienda...y a vender!!!.

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